● Fijar un horario semanal de uso de videojuegos (sin jugar todos los días y sin hacerlo fuera del tiempo programado).
● Jugar después de realizar las obligaciones.
● Priorizar actividades sociales y al aire libre.
● Socializar con la familia y amigos/as los videojuegos a los que se juega.
● Reducir el modo multijugador online.
● Llevar a cabo técnicas de control de la impulsividad como esperar entre 5-10 minutos antes de ponerse a jugar, reflexionando en este momento si es el tiempo programado para ello o si hay otras cosas que hacer y ponerse una alarma antes de jugar.